Capítulo 7 - la pesadilla

Tenemos este lugar, como co-propietarios. Pero dado a todo lo vivido nunca he traído a ninguna amistad, pues me dijo que le aburrían. Y ahora los pocos amigos que me quedan de haberme aislado con él tantos años, no quieren venir porque no tienen esa confianza.

Así que tengo este lugar, del cual me hago cargo yo sola. De limpiar, de ordenar, de cuidar, de mantener. No sólo eso si no que en el edificio me obligaron a ser presidente de la junta. Tenía a mi cargo el depa, el edificio,mi salud mental, el lidiar con el rompimiento, la deuda de 20 años; pero no es del todo mío, ya que le pertenece la mitad a esta persona que no se hace cargo de casi nada, pese a los reclamos. Y yo no puedo hacer nada más que deprimirme. No sólo terminé esa relación que tanto me costó, si no que me despidieron por no cumplir bien mis labores.

Me quedé con deuda, sola, sin amigos, sin ingresos, sin terapias y sin autoestima.

No recuerdo una semana de este año donde no haya llorado.  Lloré mucho, mi amiga se fue porque prefirió irse que ayudarme a pagar el propio cuarto que le ofrecí porque no quise que rompa las puertas para que ponga un cable de internet. La otra amiga que vive al frente no me quiere visitar porque tiene alergia, porque se aburre conmigo o porque para ocupada. Solo quiere verme cuando es conveniente para ella, sabiendo todo lo que he pasado estos años.

Mi familia se rehúsa a creer que tengo TLP, me dicen que soy normal y que no le pongo voluntad. Me culpan de haberme endeudado y que haya estado en esta relación que me hizo daño. 

Sumando a todo esto, yo tengo que contar mi historia repitiendo que él no tiene la culpa ya que él siempre me dijo cómo era y yo elegí quedarme.  Porque es la verdad  y él es una persona muy buena y odio ver cómo se aprovechan de él ahora, bajo el concepto de amistad. Porque sí, no tengo donde más vivir. Tengo que verlo rehacer su vida con chicas con las que se encierra en su cuarto. Sé que no lo hace por joderme, si no porque necesita compañía. Pero no es sano y desgraciadamente no tengo a dónde ir.

Entonces, dentro de mis pesadillas diarias encontré un sueño.

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