"Susanita!" decía dulcemente mientras abría la puerta. Se sentó a su lado y le preguntó si estaba bien, hacia días que no salia de su cuarto y recién hoy, el ajetreo de su vida le dio tiempo de preocuparse por su hija. "Estoy bien" la respuesta universal para saber cuando algo esta mal. Para todos, menos para Susana, estar bien significaba exactamente lo opuesto. Se limpio las legañas con la pijama. Lista para un día mas, cogió su mp3 lleno de soundtracks y se dirigió al lugar de siempre. Otra vez esa sensación de ser observada, podría ser? NO! Nadie mira a alguien de lejos, nadie mira a Susana de lejos. Nadie mira a Susana. Listo, convencida de eso, el mundo real pasa a segundo plano. Sube las escaleras de la mano de Gene Kelly y BAM! la realidad la jala rápidamente con un tropiezo y al levantar la mirada todo esta en cámara lenta. No, todo va mas rápido menos la persona que baja hacia ella. esa persona esta muuuuy lenta. Esa persona tiene los mismos ojos del muchacho que la detesta [o eso cree Susana] Su pelo lacio y oscuro se balancea al rededor de sus orejas, el pequeño vello facial que no se lo ha rasurado desde ayer, las cejas ni tan gruesas ni tan finas que perfectamente enmarcan sus ojos café medio transparentes e hinchados que, en su lentitud, disparan litros de sangre hirviendo como caldo ajinomen en 3 minutos, al pecho confundido de Susana. Voltea la mirada con rapidez y él nunca sabrá el alboroto de hormonas que acaba de causar dentro de ella. Esas cosas sólo pasan en las películas, existen los efectos de edición para eso. Pero como podría alguien editar lo que Susana miraba con sus propios ojos? Todo solamente podría significar algo: Susana se había enamorado a primera vista. Bueno, no exageremos tampoco, era solo un gusto que se le iba a pasar cuando se enterara que es gay, que es del tipo de personas que la odian, o que se va a casar con una modelo que tiene un doctorado en pediatría oncológica. Eran fuertes los latidos, pero pronto seria coma cerebral otra vez.
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