La esposa del ingeniero

Es una madre ejemplar. Una esposa excepcional, incomparable, leal. Cada veinte días es realmente feliz. El mundo se detiene al verlo partir, a trabajar, para que ella pueda vivir feliz. Sus hijos no perdonan la ausencia constante, sospechan de las intenciones del papá, pero la mujer del ingeniero con firmeza les convence, que su padre es un buen hombre y que lo deben respetar. Para ellos el amor por su mama es admiración, mientras todas las demas la miran con negación, su madre cabeza en alto se enorgullece de su posición, y con una sonrisa les dice que no hay que temerle a los demas ni a su opinión. Que saben otras de la verdad propia, cuando una esta segura no hay porque llevar rencor o amargura.

Solitaria e incomprendida, cuando la noche ha de caer, la atormenta el frio contacto de la nada con su piel. refugiada el pasatiempos con repetitivo vicio, logra olvidar aveces la ausencia de su marido. Aunque siempre aclama que las palabras ajenas no la hieren, son cuando esta sola las que mas le duelen. Sus pequeñas ayudantes que las ansias calmaran, la guían a sueños donde a su ingeniero encontrará. Vive esperando volverlo a ver. Veinte días de espera , de angustia, de autoplacer. Los hijos, las frecuentes, ninguno que comprenda su amor por el ausente. Quizas sea cierto y el ingeniero, calma sus fuegos con agua de otro pozo. Sería el infierno, sería la muerte, sería el final, o sería la suerte. No importa cuantas veces lo hayan intentado, persuadirla y confundirla no da resultado. Diferentes varones que la han seducido y nunca en sus redes ella ha caido. Amargo capricho al que se ha condenado, a esperar cada veinte días al ser amado. La incertidumbre solo aguarda en su espera, pero ella la supera de alguna manera. Seguira esperando no importa cuanto tiempo fuera, para la esposa del ingeniero, no hay nadie mas en el mundo que valga la pena.

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