
(Supongo que debes clickear en la foto pa que veas bien, si eres lo suficientemente aburrido y curioso.)
Por algún motivo desmotivador me subí a ver un cuaderno de dibujo profesional que tenía escondido en el ático y encontré la caja que hace año y medio decidí dejar ahi porque me volví minimalista en cuanto a la decoración de mi cuarto, y porque ya no podía caminar en él sin tropezarme. Aquella caja contiene los dibujos, escritos, revistas, diarios, cartas, fotos, documentos y demás cachibaches que significan algo importante para mí desde el 2001. Que si se les ordena cronológicamente se podría comprender el cómo es que he llegado a este punto. Encontré muchas cosas que me avergonzaría que alguien las leyera y muchos dibujos que si la Tochi los viera quizas me hubiera dejado estudiar arte en vez de exigirme tener una carrera respetable y menos bohemia, aunque sigo sin ser tan buena. Re-leí sentimientos femeninos secretos que ahora que los leo supongo que sí soy femenina después de todo. Tenía un diario con estikers y dibujitos cursis, ideas románticas sobre historias que nunca desarrollé y cartas amorosas que nunca entregué, ah! y Pascualinas. Aquí les escribo una de esas cosas ilegibles que encontré de un cuaderno del 2007:
Mírame como si soñaras.
No dejes mis ojos.
Síguelos e invítame, acércame a la muerte.
Aproxímate cauteloso con pasos de serpiente;
pon tu mano en mi cintura, acércame a tu muerte.
Abrázame mi mente y siente su olor,
olor a casa, olor a horror.
Voltea mi cuerpo y mira mis labios,
saboréalos de lejos como si fueran perfectos.
Aprétame la espalda,
estrúgeme contra ti.
Deséame con furia,
estoy prohibida a ti.
Acércate a mi boca, no te evitaré.
Atrévete a comerme con chocolate y miel.
Te beso el cachete y resbala mi lengua
entre tu oreja desnuda y tu cuello sin fin.
Muerde mis labios y escupe en mis dientes,
échame donde las piedras no duelan.
Acéchame como el tigre a su presa.
Sigue con tu mano el camino de mis piernas,
y tus ojos nunca los alejes de mí.
Encima de mi cuerpo besa mi cuello,
quita mi ropa, expone su gloria;
no necesitas un mapa de él,
es tal y cual viste en tus sueños.
Llévame a Plutón y quedémonos ahí,
miente que ahorita piensas en mí.
Pretende que me amas y engaña a mi alma,
hazme feliz; necesito la calma.
Sólo quiero oirte gemir, saber cuanta pasión sientes por mí.
No finjas placer, pero sí el sentimiento.
No creas que esto es un acuerdo;
aunque tu no me quieras, estas aquí,
y con que sientas placer, basta para mí.
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