El arlequín, la chica transparente y yo.

En el campo de los bufones danzando se encuentra un arlequín de dorada cabeza. Entre aquel remolino de colores, claramente se distingue su dorado corazón. Si lo vieras no pensarías que es diferente a todos aquellos entes  disfrazados de arcoiris; el mismo traje, el mismo modelo, el mismo corte y la misma voz; la misma sonrisa , la misma nariz, los mismos labios, el mismo tamaño. No es diferente salvo sus dorados cabello y corazón. El cabello no resalta entre tanto color, además esta cubierto con su gorra de bufón, y el corazón no es visible pues se encuentra en su interior. Entonces como es que lo vi yo? Su aroma inconfundible a mi me hipnotizo, un día de otoño en que el arlequín se perdió. Lo encontré mirando de lejos a un brillante caballero, que entrenaba con esmero haciendo sudar a su escudero. Estudiaba cada movimiento e intentaba realizarlos, desde lejos luchaba solo aquel pequeño solitario. Me reía de su esfuerzo pues era gracioso ver, el espectáculo que un bufón quiera caballero ser. Todos días es mismo paisaje que alegraba con los colores que llevaba en su traje. Yo de curiosa de un susto lo sorprendí y le pregunte al arlequín que es lo que hacia allí. De un salto enrojeció y con prisa a un árbol se subió. No quería que lo vea pues le era vergonzoso, le dije que se calmara que no pretendía un acoso. Alagué sus movimientos de lucha medieval, le pregunté si en batalla los pretendía demostrar. Mi inofensiva apariencia convenció su  dorado corazón y bajó y me explicó su verdadera motivación.

La niña más hermosa del reino de cristal corría como loca de un lado para acá. Su frágil apariencia era sólo por su transparencia, esta dama aventurera tenía una sed que el reino no podía saciar. Casi ciega no se da cuenta de todos los peligros de la envidia que le acecha. El arlequín ingenuo pretendía salvar su fragilidad luchando con todos que la quieran lastimar. "Oh el amor" pensé con un suspiro, un auténtico creador de estúpidos motivos. A esta muchachita la conocía y había un secreto que me lo sabía. Transparente y brillante como un cristal era, pero la verdad es que de diamante estaba hecha. No importaba si la envidia la seguía, la ira, la codicia, el orgullo y la malicia. Mas fuerte que un metal ella es, pero si le digo eso al arlequín lo puedo entristecer. Tanta práctica sería en vano, y no podría nunca proteger al ser amado.

Finalmente el arlequín emprendió su viaje, detrás de la muchacha de apariencia frágil. Tras meses de caminos y aventuras, el verdadero secreto salió a la luz. La chica de diamante tenía un archienemigo, desde su nacimiento: el Conde Olvido. De cuando en cuando arlequín solía luchar con los secuaces del conde que querían a su amada atormentar. Pero la pelea constante no podía lograr que al bufón su amada lograra alejar.

El Conde Olvido y su mas macabro plan lograron ganar la guerra por aquella dama. El arlequín me buscó para que le ayude a recuperar a su amada. Como soy buena gente le ofrecí mi mejor plan y exitosamente la pudimos recuperar. Festejamos en el campo donde bailan los bufones y al final de la noche tuve que el precio cobrar. Un corazón de oro y muchos diamantes adornan, desde el suelo hasta el techo, mi lujosa mansión donde ahora, vivimos con mucho orgullo el Conde olvido y su señora.

Comentarios