El silencio entre los dos

Como si estuviéramos en el Gran Cañón y tú al otro lado del hueco. Grito tu nombre para oír tu respuesta, pues te veo. No te veo en HD pero sé que eres tú, conozco tu forma. Te estoy mirando. Escucho el viento, fuerte y se detiene. Un grillo también parece hacer su llamado. Qué hace un grillo aquí? Tu nombre en mi garganta la deja roja, me duele cuando sale de ella y se disipa en ese agujero profundo y vacío que hay delante mío. Entonces grito junto al grillo hasta que ya no salgan sonidos de mí.
El viento nada más, no trae tu voz. Espera! Cállate grillo! Creo haberte escuchado llamándome...no. No es mi nombre el que escucho. No es tu voz tampoco. Puedo verte moverte. Me estarás llamando? Agitas tus brazos, no hay nadie más aquí y no creo que estés llamando al grillo. Grillo? Ya no suena, ni el viento. Bajas los brazos y te quedas ahí. Silencio. El grillo se ha ido. Yo sigo esperando una respuesta tuya.

...Y esta misma escena se repite cientos, miles, millones de veces. Me gustas. Es todo lo que quiero gritar, como para que dejes de agitar tus brazos en silencio y esta conversación muda se acabe con tu huída.

Comentarios