Susana

De la nada me habló. Yo siempre trataba de mantenerme lejos de la vida de los demas, evitando así complicar la mía con argumentos vanos y tramas absurdos; pero ella me notó y me habló. Una pregunta simple, una respuesta simple. Nada que me pueda acordar ahora, pero si recuerdo sus ojos esperando una respuesta mía. Sus grandes ojos marrones no me impresionaron en ese momento pero ahora es todo lo que recuerdo cada vez que pienso en ella. Hablábamos ocasionalmente, casi siempre sobre las clases, pero por ahí se colaba su gusto musical y su ideología de martir frustrada. El grupo de amigos no tardó en formarse y verla seguido era tan normal que no me di cuenta de que me gustaba hasta que alguien más lo dijo. Mi primera reacción fue analizar sus señales corporales, quería saber si sentía interés hacia alguno de nosotros. Por un momento creí que el interés era hacia mí hasta que me di cuenta que ella actuaba así con todos; miraba así a todos, hablaba así a todos. Y eso me dolió. Yo quería ser diferente así que comencé a tratarla diferente. Más violento, más lejano, más inalcanzable para que me desee. Pero no me di cuenta que al hacerme el interesante, ese otro 'alguien más' movía sus fichas y se colaba en su corazón. Perdí y él ganó. Como soy un experto en fingir, nadie se dio cuenta de lo fastidiado que estaba al verlos. El truco está en no mirarlos. Es cierto eso de "ojos que no ven..." Cuando estaba sin él no podía evitar mirarle esos ojos marrones, y cuando ella se daba cuenta, en un fugaz instante mi exaltado corazón se resguardaba en mi tosco cerebro  y este respondía bruscamente, buscando saciar la necesidad de tocarla sin lastimarla. Sólo podía quedarme ahí, con mis manos paralizadas antes de ahorcarla. Con la respiración detenida al encontrarme otra vez con su pálido rostro, y soltar mi frustración con un suspiro de aceptación de que ella no me ve así y sólo tiene ojos y corazón para alguien más. Con el tiempo dejé de latir al verla, pude verlos juntos y sonreir por ellos. Mi gran amigo el tiempo. Susana es mi amiga, la quiero. Pero ya no la deseo.

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