Primero fui donde mi papá, el estaba mirando la foto que le regalé porque creía que me veía bien. Vi que sacaba la foto que me tomaron cuando tenía 14 para sacar mi pasaporte. Odio esa foto porque salgo despeinado y ojeroso, pero es como él más me recuerda. Rebelde y odioso, nunca nos llevamos mejor de esa línea de respeto mutuo que se tiene con los desconocidos. Lloraba silencioso mirando mis 14 insómnicos años. Le puse la mano en el hombro como solía hacerlo cuando se sentía mal. puso su mano sobre la mía y suspiró.
Luego fui donde mi hermana mayor, estaba conversando con mis primos, sonreía pero de vez en cuando sus ojos se humedecían. Mi primo siempre podía hacerla reír, y lo estaba haciendo ahora. Eso me hizo sentir más tranquilo. Conversaban sobre su trabajos, de vez en cuando se miraba al espejo para ver si se veía bien, siempre la molestaba cuando lo hacía. Me miró por el reflejo y sonrió perdida en sus pensamientos, quizás recordando eso.
Vi que mi hermanito jugaba con sus carros, pero no tocaba esa camioneta azul con la que yo crecí y luego se la regalé. Pude escuchar sus murmullos sobre lo que acontecía entre sus carros. No tocaba mi camioneta porque estaba en una misión mientras sus carros esperaban que regresara. Me gusta saber que cree que soy un super héroe.
Mamá estaba sirviendo los platos mientras conversaba con la tía Mona, siempre hablando como si todo fuera en secreto, quizás todo de lo que hablaba eran secretos. Le preguntó a mi mamá si creía que estaba bien. Pensaba que últimamente me había visto desanimado y pálido, como años atrás, cuando era rebelde y odioso. Ella le respondió para mi sorpresa que era normal en mi verme así. Yo creía que había cambiado, que ahora era alguien mas agradable y chaposo.
Entró Doris a la cocina con una fuente vacía, mi mamá le agradeció la ayuda. No sé para que vino Doris, pensé que luego de lo que le hice jamás la volvería a ver pero aquí está. Para mi sorpresa entró Corina a la cocina, creo que no sabe quien es Doris, que bueno. Ah...Corina. Que hermosa está. Está temblando un poco, espero que no se enferme, siempre ha sido propensa a enfermase por cualquier cosa. La tía Mona llevó a Doris a la sala con los demás invitados. Mi mamá se sienta en la mesa y Corina se acerca al lavadero. Ambas en silencio. No siento incomodidad, desde cuándo son tan familiares? Lloran cada una en su lugar.
Ahí están, las 2 mujeres que más amo llorando por mí. Si pudiera hacer que se olviden de mí. No quiero ver esto. No las puedo dejar así. Beso a mi mamá en la frente. Se calma un poco. Ella sabe que no pasará mucho tiempo para volver a verme. Corina, huele rico, como siempre. Se disculpa y sale de la cocina, la sigo y llegamos a mi cuarto. Ahi fué donde me enamoré de ella y su aroma. Vió la foto en mi escritorio, esa que fué la primera que nos tomamos. La amo, la beso, la abrazo; y finalmente, muero.
Luego fui donde mi hermana mayor, estaba conversando con mis primos, sonreía pero de vez en cuando sus ojos se humedecían. Mi primo siempre podía hacerla reír, y lo estaba haciendo ahora. Eso me hizo sentir más tranquilo. Conversaban sobre su trabajos, de vez en cuando se miraba al espejo para ver si se veía bien, siempre la molestaba cuando lo hacía. Me miró por el reflejo y sonrió perdida en sus pensamientos, quizás recordando eso.
Vi que mi hermanito jugaba con sus carros, pero no tocaba esa camioneta azul con la que yo crecí y luego se la regalé. Pude escuchar sus murmullos sobre lo que acontecía entre sus carros. No tocaba mi camioneta porque estaba en una misión mientras sus carros esperaban que regresara. Me gusta saber que cree que soy un super héroe.
Mamá estaba sirviendo los platos mientras conversaba con la tía Mona, siempre hablando como si todo fuera en secreto, quizás todo de lo que hablaba eran secretos. Le preguntó a mi mamá si creía que estaba bien. Pensaba que últimamente me había visto desanimado y pálido, como años atrás, cuando era rebelde y odioso. Ella le respondió para mi sorpresa que era normal en mi verme así. Yo creía que había cambiado, que ahora era alguien mas agradable y chaposo.
Entró Doris a la cocina con una fuente vacía, mi mamá le agradeció la ayuda. No sé para que vino Doris, pensé que luego de lo que le hice jamás la volvería a ver pero aquí está. Para mi sorpresa entró Corina a la cocina, creo que no sabe quien es Doris, que bueno. Ah...Corina. Que hermosa está. Está temblando un poco, espero que no se enferme, siempre ha sido propensa a enfermase por cualquier cosa. La tía Mona llevó a Doris a la sala con los demás invitados. Mi mamá se sienta en la mesa y Corina se acerca al lavadero. Ambas en silencio. No siento incomodidad, desde cuándo son tan familiares? Lloran cada una en su lugar.
Ahí están, las 2 mujeres que más amo llorando por mí. Si pudiera hacer que se olviden de mí. No quiero ver esto. No las puedo dejar así. Beso a mi mamá en la frente. Se calma un poco. Ella sabe que no pasará mucho tiempo para volver a verme. Corina, huele rico, como siempre. Se disculpa y sale de la cocina, la sigo y llegamos a mi cuarto. Ahi fué donde me enamoré de ella y su aroma. Vió la foto en mi escritorio, esa que fué la primera que nos tomamos. La amo, la beso, la abrazo; y finalmente, muero.
Comentarios