En silencio total me echo a dormir.
Sin televisores ni videos que me distraigan de mí.
La puerta del baño se balancea,
lentamente se abre y se cierra.
La incertidumbre del porqué lo hace.
De aquel movimiento que no tiene base.
Me obligo a detener la respiración
el único sonido que capta la audición.
Se mece, a veces, y se detiene.
Despacio o fuerte, no es consecuente.
No puede ser el ventilador
que no apunta hacia su dirección.
Tampoco un temblor lo causaría,
ya que es imposible por la geografía.
Me levanto y alumbro con el celular
para ver lo que a la puerta la hace bailar
¿Será una cucaracha? ¿Será un fantasma?
¿O será el alien que me acompaña?
Sigue meciéndose, sin una secuencia
No hay nada que indique alguna presencia
Se abre más de lo usual y no pasa nada.
Un ruido en el techo y abrazo mi almohada.
Sin poder descifrar lo que causa el movimiento
dejo una luz para alumbramiento,
por si algún ente se quisiera contactar.
Al menos así lo pudiera visualizar.
Suspiro y recuerdo que soy muy valiente,
y de pronto se sacuden mi cuerpo y mi mente.
Sonidos en el pasillo que no puedo reconocer,
pero sí reconozco que ladrones puedo temer.
Dejo de respirar nuevamente para detectar
Otro sonido que algo me pueda a indicar
pero nada sospechoso ni más explicable
que un roedor volador sería el culpable.
La puerta del baño se sigue meciendo.
Sin ritmo, ni causante, no lo entiendo.
Cierro los ojos y comienzo a pensar
que ni siquiera en silencio me dejaré en paz.
Como una puerta moviéndose sin explicación
mis emociones se encuentran en oscilación
Y aquellos sonidos que no logro entender
Son todas las voces que me dicen querer.
El miedo que siento antes de dormir,
es aquel que nunca me aleja de mí.
Y esta noche vuelvo a comprobar
que el silencio nunca me va a dejar soñar.
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