505

Habías escuchado de mí antes, de la boca de un ignorante. Te pareció curioso algo sobre lo que te dijeron y decidiste conocerme. Pensaste que sería divertido, que encontrarías algo de qué burlarte con él. Lo siento, te cagué el plan.

Me quisiste, a tu modo. Sin romance y sin sexualidad, un amor amical. Algo que no creias posible, porque siempre fui imposible. Imposible de entender.

Nada pasaba entre nosotros, pero lo sabíamos todo entre nosotros. 

A veces sentía que yo te daba vergüenza, y me eliminabas y añadías a tu conveniencia. Nunca lo tomé personal, lo virtual nunca será real.

Sé que parte de tu amistad fue más que nada curiosidad. Curiosidad por una persona que puede dormir confiando en un desconocido. ¿Qué clase de persona hace eso? Yo. Yo antes de que se aprovecharan de mi ignorante inocencia. Que tal vez se te cruzaron las ideas en tu interior, pero todo siempre fue claro entre nosotros. Y tú nunca, nunca te aprovechaste, porque tampoco lo necesitaste. 

¿Sabes que por eso, aún lo quiero? A ese chico que le tenía miedo a que alguien nombre a Lizzet en voz alta. Y tal vez por eso siempre viajaba en combi a verlo aunque no hubiera razón.

Gracias a tu memoria, que no dejé de confiar en quienes se merecían mi confianza, luego de que otra persona, que pensé era como tú, me la destrozara en pedacitos.

La última vez que me eliminaste, también me humillaste. En ese momento yo cerraba ciclos, y decidí cerrar el tuyo, junto a tus idas y venidas. Empezaban a lastimarme.

Nunca leerás esto, o quizas cuando lo hagas ya esté lejos. Igual lo dejo aquí, por si te preguntas si significaste algo para mí.





Comentarios