Una idea robada que se alimentó de inmadurez. Lo que sentí ese día no lo olvidaré. Los elefantes tienen buena memoria y yo no habia visto "el hombre elefante". Nació la enfermedad de la curiosidad, junto a otra ave con el mismo nombre. El primero era un halcón, el segundo un buitre. Fue cuando empezaron los síntomas que me harían una persona enferma.
La primera vez que lo vi estaba sentado en las escaleras de un primer piso, y yo estaba llorando en el balcón de un quinto. Me di cuenta que tocaba la batería por cómo se movía. No me había dado cuenta que tenía "un tipo" hasta que gritaron su nombre y volteó hacia el quinto piso. Después de eso me encontraba constantemente en espacios donde él se encontraba. Fue cuando alguien me dio la idea de que tal vez yo debería ser una persona enferma.
Lo ví en cámara lenta, como en las películas y luego lo veía en todos lados, y comencé a odiar las coincidencias con todo mi corazón. Nunca supe admirar de lejos a nadie, porque me gusta ver a las personas e imaginar sus vidas, asi que supongo que siempre fui medio creepy. Nunca pude ser yo misma a su lado, solo pude ser una persona enferma.
No recuerdo cuantas veces más me enfermé, tal vez 5 o 6 más. Pero esas veces solo lo acepté. Negar la enfermedad solo la empeora. Varias veces al año vuelve la enfermedad y conchudamente ando por ahí sin tratarla. Ya no me interesa hacerlo, ahora sé que solo soy una persona enferma.
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