Capítulo 2 - realidad

Entonces vivía yo fingiendo fuera de la choza. Protegía la choza con todo mi corazón. Pero de pronto tuvimos que mudarnos, y ya no tenía un lugar así, solo un cuarto. Fuera de ese cuarto me encontraba sola, aburrida, y sin valor. Solo existía cuando estaba con él en ese cuarto. Era feliz, pero al salir de ahí para ser normal y mantener el cuarto, me di cuenta que de tanto fingir ya habían cosas normales que realmente quería vivir. Comencé a esperar trasladar esa existencia en el cuarto hacia mi realidad exterior. Pero no podía ser.

Me dieron a elegir entre fingir para siempre en el exterior o seguir manteniendo este espacio seguro donde podía ser yo.

Pensé que por mi salud mental era mejor continuar con este espacio para mí. Sin embargo me empecé a dar cuenta que ese cuarto no era para mi, si no para él. Él me juraba que no era así, pero no importaba nunca lo que yo quería. Siempre fue su cuarto, como también era su choza. Fui un polizonte todo este tiempo.

Decidí que iba a buscar un lugar para mí, y él me prometió que si lo incluía en ese espacio, el polizonte iba a ser él.

Le creí. Me endeudé. Estaba enamorada, le creía todo porque era la única persona que me dejaba ser yo y que me ayudaba a superarme. Siempre me ayudó a buscar la mejor versión de mí, y por eso lo amaba.

Entonces, llegué al este lugar donde se supone mi existencia y la realidad iban a ser lo mismo finalmente.



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