Capítulo 4 - autosabotaje

Todo se mantuvo igual, menos yo, a pesar de todos mis esfuerzos, cambios de look, de actitud, de chamba. Y de pronto me di cuenta que empecé a desear salir de aquí y buscar atención en otros ojos, en otros lados. Me sentía tan insignificante como mujer o pareja, que buscaba como sea aprobación. El punto más bajo fue cuando sentí depresión al no generar ningún comentario machista y sexista al pasar por un grupo de señores tomando en la calle. No existía ni para personas que no respetan a ninguna mujer. No era mujer para ellos. Eso fue lo que pensaba.

Así de rota estaba, buscando una ligera mirada o palabra que me recordara que existo aunque sea. Qué no solo era la flaca de este chico, o la señora que sale con permiso del marido. Queria sentirme más que este fantasma multifuncional para él. Quería volver a sentirme yo.

Una noche que salí sola y tomé de más, hice algo buscando está validación, de lo cual siempre me arrepentiré, pero sirvió para darme valor a reencontrarme y darme cuenta de lo rota que estaba. Y desde ahí comencé a alejarme de este lugar.

Al alejarme lo dejé a él solo, y sintió también la necesidad de atención de otras personas. La que le di por 5 años de aislarme junto a él no le bastaron. Solo sintió los últimos meses donde yo ya no era yo, y le bastaron para fijarse en una persona que siempre me dio inseguridad.

A veces creo que yo deseé que eso pasara.

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