Capítulo 5 - buscando ayuda

Hace un año, luego de llegar a darme cuenta de lo rota que estaba, entré en un círculo de depresión y negatividad que terminó en un corte profundo en mi muñeca. Esta vez no fueron caricias de aguja ni arañazos para sentirme mejor. Esta vez me clavé un cortauñas y jalé 2 centímetros. Lo hice rápido. Pensé "para qué aliviarme si siempre es lo mismo". De una vez hacerme daño irreparable y acabar con todo. Usé la cortauñas porque es lo que tenía a la mano y porque pensé que al tener 2 filos juntos, sería difícil de coser y salvarme.

Pero al ver la sangre salir goteando pensé en mi mamá. Los que me conocen saben porqué eso hizo que me arrepintiera. Corrí hacia el cuarto de mi amiga y le pedí casi en silencio que me ayude. Felizmente no jalé más. Solo era un corte pequeño, no entró la 2da cuchilla. 
No le conté a él sobre esto hasta que terminó la relación unos 9 meses después. Él podría haber pensado que lo hice como una llamada de atención manipulativa, y créanme que no era algo que yo quiera.  Manipular a los demás emocionalmente me parece lo más bajo y cobarde que hay.

Al día siguiente busqué un psiquiatra barato, encontré 2 y ambas me dijeron que tengo TLP y que necesito una terapia especial.
Saqué de mis ahorros y la tomé. Son caras, pero aprendí un montón sobre mí. Aprendí a identificar lo real de lo irreal, aprendí a manejar mis emociones y aprendí a pedir las cosas.  También aprendí porqué soy como soy y que cosas puedo hacer o no.
Esa terapia, tenia 3 momentos: la grupal, donde nos enseñaban técnicas y también a conocer lo que tenemos, la personal donde vimos cómo estamos aplicando lo aprendido en la grupal, y la psiquiatrica dónde me medicaron según mi avance con las terapias y mi vida en general.

Sentí que todo podía mejorar para mí.

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